Nací en un hogar lleno de amor un 13 de Septiembre de 1951 en Villa del Parque. A los 3 años de edad mi familia se mudó a casa propia en el Partido de General San Martín. Siempre fui muy bien encaminado por mi mamá Amelia en la correcta y hermosa vida escolar....

Ejercí como docente durante dos años siendo joven y divirtiéndonos con alumnos de séptimo grado, experiencia generosa que Dios me regaló. Entre estas cosas de estudiante, jamás deje de comprar y vender de todo.

Mi papá Adolfo siempre me incorporó en las compras y ventas de objetos usados. Entre caminatas por Buenos Aires tratando de comprar objetos y joyas, hicieron que mi interés por lo bello de cada periodo culminara en pasión.

Aprendí a cantar, hacer y contar chistes era mi arma secreta para vincularme con aquellos que no sabían que se vivía mejor con una gran sonrisa en el rostro. Sin dinero y muchas ganas, comenzó una carrera hacia el éxito. Mi objetivo fue tener dinero para que mis papás puedan viajar, arreglar la casa, comprarse cosas que les agrade, poder veranear.

Esta síntesis de mi preparación fueron acrecentando mis ganas de estudiar gemología Participando de peritajes y colaborando con el museo de la ciudad, fue la más bella motivación para tener mi colección de curiosas joyas y objetos. Fue así que comencé en la Feria de San Telmo.

Viajando por Europa, participando de muestras en Suiza y con objetivos muy claros, pude visitar cientos de lugares que enriquecieron mi curiosidad.

Dispuesto a seguir mi trabajo de fin de semana en la Feria de San Telmo, me animé a comprar mi primer negocio en Florida 780 de Capital Federal (Buenos Aires). Muy pequeño, pero rodeado de cientos de hoteles donde los turistas que veía el Domingo podían retirar, elegir u arreglar alguna joya que hubieran comprado.

Mi éxito fue tan grande como mi sorpresa: trabajaba de lunes a sábados y luego el domingo nuevamente la feria. Local 9 de la galería se tornó muy pequeño para mis clientes . Mi ánimo volvió a surgir y compre el local 6, que se comunicaba detrás de un pasaje. Allí tuve que emplear a tres personas para atenderlo y mi escritorio quedó detrás.

De inmediato coloqué con un socio un local el la galería Promenade del Hotel Alvear “Una finestra sul tempo” (una ventana sobre el tiempo). Con tal éxito que después de 3 años de alquiler pude comprar el local 12 de la misma galería y colocar mi Torini Joyas y Relojes.

Me convoca Juan Carlos Pallarols para abrir un pequeño local en Manhattan y en el año pudimos abrirlo con éxitos totales Hasta que tiraron las Torres Gemelas y tuvimos que hacer un larguísimo impasse.

Alvear 1883, Local 12 es la ilusión de toda mi familia y desde allí se trabaja y se atienden a nuestros clientes y amigos. Mi sueño sería tener un pequeño lugar con cómodos sillones y sin vidriera para poder compartir con mis clientes la pasión por el diseño de colecciones privadas de joyas.

Tiempo y mucho amor , voluntad y ganas de crecer. Junto a mis hijos Luciano y Antonella y mi mujer Lía, seguiremos jugando a sonreírle al futuro!.